top of page
El desayuno se vuelve un ritual con nuestro pan francés hecho en casa. Rebanadas doradas por fuera y suaves por dentro, bañadas en un coulis de frutos rojos que aporta un contraste entre dulzura y acidez. Lo acompaña una bola de nieve de vainilla que se funde lentamente, creando una armonía de texturas y temperaturas digna de un despertar frente al mar.
bottom of page